Higienes faciales
La limpieza de la piel con productos adecuados y el mantener una disciplina o ritual de limpieza adecuado y sostenido en el tiempo es imprescindible, pero no es suficiente, por lo que se requiere de una higiene facial de manos de un profesional de la estética.
Cuando hablamos de higienes faciales, hablamos de un tratamiento profesional de cabina de estética. Solo está capacitada, académicamente, la esteticista.
¿En qué consiste?
Se trata de una limpieza profunda de la piel. Se extraen los comedones o puntos negros, se tratan las imperfecciones e incluso en los casos de acné.
En el proceso de la higiene facial, se suelen realizar exfoliaciones para renovar la piel y eliminar, de este modo, las células muertas, a la vez que se estimula la generación de nueva piel.
Se suelen emplear activos para potenciar los efectos deseados, como por ejemplo:
· Regeneradores: Reparadores, antiedad.
· Radiancia: activos de luminosidad e incluso despigmentantes.
· Hidratantes y antipolución: hidratantes y antioxidantes.
¿Qué se emplea para las higienes?
Históricamente la esteticista ha empleado el vapor, pero cada vez más, esta técnica está en desuso debido a que el calor intenso puede ser contraproducente en algunos tipos de pieles como las que manifiestan cuperosis, rosáceas, sensibles o con mala circulación. Además, solo suele funcionar dilatando el poro mientras está el calor en contacto con la piel, una vez este ha cesado, se complica la tarea de extracción.
¿Cada cuánto tiempo debo realizar una higiene facial?
· Antes de cualquier tratamiento facial de cabina profesional. ¿a qué no encerarías el suelo de tu casa sin estar previamente fregado? Pues con la piel ocurre lo mismo, primero debe someterse a una higiene adecuada, para que el tratamiento facial tenga mayores resultados.
· Mínimo 2 veces al año. Antes del verano para preparar la piel al contacto del sol. Otra después del verano, para restaurar el daño solar generado en la piel durante el periodo estival.
· Se aconseja 1 vez al mes. Para lucir una piel perfecta, los profesionales de la estética informan que debería hacerse una higiene al mes durante todos los meses del año. Aunque luzcamos una piel aparentemente envidiable, ¡ojo! Los daños se acumulan y en ocasiones son silenciosos e incluso invisibles durante un plazo (mejor prevenir que curar).
· Edad temprana. También en la adolescencia, aunque con menor intensidad, se deben hacer higienes, aunque con menor intensidad, salvo en casos de acné o piel con tendencia acnéica, que necesitan mayor frecuencia en las higienes.
¿Qué alternativas hay al vapor tradicional?
· Aparatos hidrafaciales. Succionan con agua las células muertas de la piel, a la vez que realizan una abrasión de la piel (hidrodermoabrasión) e incluso aportan cosméticos adecuados para complementar el tratamiento.
· Espátula ultrasónica. Este aparato es capaz de generar vibraciones ultrasónicas que eliminan impurezas y células muertas de la piel.
· Cosméticos específicos:
- ACEITE DE AGUACATE: Flexibilizan la piel a la vez que la nutren (ejemplo, Massàxia aceite portador de aguacate 100% natural).
- PARAFINAS y VASELINAS: También flexibilizan la piel para facilitar la extracción de los comedones. Son más flexibilizadores que los aceites vegetales, pero estos no son naturales.
- MULTIFUNCIONALES: Es el caso de Elinné limpiador facial enzimático. Este preparado es una mezcla de aceites vegetales con peeling enzimático y partículas de scrub. El producto se aplica en la piel durante 10 minutos, durante este tiempo se activa el peeling enzimático, que exfolia de modo selectivo la piel (solo actúa sobre la piel muerta). Trascurrido este tiempo, la esteticista exfolia mediante fricción del preparado sobre la piel, por lo que se ejerce una doble exfoliación. Se retira con agua y queda el aceite sobre la superficie de la piel, que facilita la extracción de los comedones. El preparado tiene agentes microbicidas que evitan que el canal pilosebáceo se infecte.
¿Y qué hacemos en casa?
No se recomienda hacer en casa higienes si no estamos cualificados, pues debe tenerse un grado alto de conocimiento de la piel, un utillaje adecuado y la sala debidamente habilitada.
No obstante, la limpieza mañana y noche debe ser la adecuada para nuestra piel. También es importante hidratar correctamente la piel, además de emplear los cosméticos más adecuados.