Neurocosmética

Los avances científicos están en la sociedad cada vez más instaurados, y algunos rozan la ciencia ficción, como los que actúan sobre nuestro sistema nervioso central y la piel. Los Neurocosméticos.

Desde su origen embrionario, la piel y el cerebro están interconectados. De este modo, el cerebro manda señales continuadas a la piel y la piel al cerebro, que marcan los estímulos y sensaciones que percibimos del medio exterior. La piel mide y comunica nuestro entorno más cercano y nuestro cerebro interpreta su respuesta.

La piel puede influir en el sistema nervioso central mediante los neurotransmisores y neuroreceptores nerviosos de la piel. Estos receptores neuronales, cuando reciben el estímulo, generan una respuesta en forma de impulso eléctrico, que se propaga en forma de cascada enzimática a través de uniones de respuesta neuronal (sinapsis). Internamente en la neurona la señal es eléctrica, pero entre neuronas, la señal es química.

Hay una serie de activos cosméticos que son capaces de interactuar químicamente con el sistema nervioso central. Conozcámoslos:

-          Neuromediadores

-          Neuroreceptores

-          Sensaciones táctiles

-          Fragancias

-          Sabores

En el año 2000, el Nóbel de medicina fue para Arvid Carlson, Paul Greengard y Eric Kandel que descubrieron las conexiones y comunicaciones entre células nerviosas y células de la piel. Esas señales nerviosas de la piel eran capaces de generar enfermedades neurológicas, psiquiátricas o de mejorarlas.

También ocurre al revés, situaciones de estrés conducen a alteraciones de la piel.

Así como nuestro estado emocional puede generar endorfinas de felicidad, se ha comprobado que también lo puede hacer la piel y puede modularse a través de ciertos cosméticos.

De este modo, la diferencia con la cosmética tradicional, es que la neurocosmética no sólo puede actuar en el área localizada de uso, sino que también a través de estímulos en el sistema nervioso central, generando efectos controlados complementarios al usuario.

Por ejemplo, el cosmético de Elinné-Thalàxia Esencia de Mar, tiene un activo neurocosmético vegetal, la Flor del Sol. La Flor del Sol, es capaz de generar un efecto hidratante y tonificante en la zona de aplicación, pero a su vez actúa de neuroingrediente, al generar una información que se transmite neuronalmente de sensación de calmar la piel. Por eso la Esencia de Mar es capaz de calmar la pieles en menos de 5 minutos.

Elinné ampollas efecto bótox-like estimula la microparálisis muscular con un efecto de un neuropéptido, sin tener que recurrir a la toxina botulínica.

Lo mismo ocurre con Elinné-Thalàxia Emulsión Neurotermal, que en la zona de aplicación genera emoliencia y nutrición, pero que tiene un efecto neuronal de sensación de efecto calor, que en realidad no existe y por ello no se enrojece la zona de apliación y además, es circulatorio.

También ocurre en Elinné-Thalàxia Loción crioterapia, pero generando efecto de sensación fría, cuando en realidad no existe.

Elinné-Thalàxia Elixires aromáticos genera otro estilo de efecto neurocosmético, esta vez generado no por el contacto, sino por la experiencia olfativa de ciertos aromas que actúan sensorialmente (además se personaliza por este motivo).

Incluso los cosméticos con Aloe vera pueden actuar como neurocosméticos al contener en su composición Germanio, elemento químico capaz de generar endorfinas de la piel, de modo que genera calma en la piel y bienestar.

La neuroindustria no sólo se queda en la cosmética, existen otros nichos industriales desarrollando estos avances de la ciencia, y ya no sólo pensemos en los alimentos, sino en la biotecnología y la informática.

Algunas empresas, como es Neuralink (del multimillonario empresario Elon Musk), han conseguido avances de vértigo. Neuralink ha publicado un estudio que han realizado en primates, en donde un implante cerebral analizaba día tras día como el primate reaccionaba a la hora de jugar a un videojuego con un joystick. Tras varios años, el implante ha conseguido medir la capacidad de interactuar el primate neuronalmente y se ha conseguido que a través del chip neuronal, el primate juegue al video juego sin el joystick, sólo con su mente.

Este tipo de avances pueden llegar a ser muy beneficiosos (bien empleados) para su empleo futuro en gente con parálisis corporal, por ejemplo, pero también genera una gran duda de su empleo futuro malicioso de control de la población y de nuestro derecho de la intimidad. Ya existen propuestas de Neuroderechos.


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